El Holocausto, paradigma de la barbarie

“La solución final a la cuestión judía”, fue el eufemismo utilizado para maquillar la atrocidad genocida con la que finalmente en forma sistemática y premeditada se exterminó a más de seis millones de judíos, sin contar al elevado número de víctimas de otros grupos minoritarios, como disidentes políticos, homosexuales, testigos de Jehová, gitanos romaníes, limitados físicos y enfermos mentales. La utilización de ese eufemismo para minimizar las verdaderas intenciones genocidas es un referente histórico.

6/30/20231 min read

La enseñanza de la utilización de ese eufemismo durante el imperio nazi consiste en la necesidad de llamar las cosas por su nombre. La irracionalidad e injusticia de la barbarie no se pueden morigerar con lenguajes ni discursos malintencionados. Ese tipo de anestesia lingüística no obra para matizar la verdad cruda. La preservación de la verdad es responsabilidad de todos, principalmente de quienes educamos y de quienes informan.

El lenguaje que usamos siempre transmite un mensaje de amor o de odio. El lenguaje puede ser discriminatorio, estigmatizante, y si se le manipula se puede convertir en una especie de velo para encubrir la verdad; ese es el uso que dan al lenguaje entre otros, los negacionistas, minimalistas y revisionistas del Holocausto. Sin embargo, cuando se usa con transparencia, es el lenguaje informativo preciso y con objetividad, el sol que revela la crudeza de los hechos, por más dolorosos que éstos sean. Es el lenguaje que honra la verdad histórica.